Aruba Con el muchacho de las maletas by Cheroky05 Marqueze
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Aruba Con el muchacho de las maletas by Cheroky05 Marqueze
from admin on 01/16/2019 11:34 AMElla empezó a cabalgar como una posesa, solo podía escuchar algunas palabras ya que las susurraba para que yo no despertara, tienes una verga divina, me das mucho placer y me haces sentir por primera vez mujer, nunca antes había estado con un hombre con semejante animal y de ahora en adelante los voy a estar buscando de tu calibre porque me siento en las nubes.
Les quiero relatar lo que sucedió en unas vacaciones que tomamos mi esposa y yo para celebrar el cumpleaños de ella (yo tengo 42 años y ella 33), habíamos ido a pasar unos días en Aruba para recordar los tiempos de cuando éramos novios y hacíamos lo que queríamos. Somos de Venezuela del estado Zulia, me reservo la ciudad. Al llegar al aeropuerto nos trasladaron al hotel y allí nos llevó las maletas un tipo alto y negro, joven y al parecer atractivo para mi esposita ya que de reojo la miraba y veía que lo buscaba a cada rato.
Antes de contar lo que sucedió quiero que sepan que en muchas ocasiones haciendo el amor yo le relataba como quería verla cogiendo con un extraño y yo unirme para hacer un trío, a esto ella siempre contestaba que solo quería estar conmigo y nadie más, que no le hacía falta otro pene aparte del mío. Una noche, después de ver una de esas películas de doble penetración, cuando estábamos a punto de lograr nuestros orgasmos, yo le pregunté si le gustaría follar con otro hombre. En su excitación, a fin de que yo la dejara en paz y pudiera concentrarse en lo que estaba sintiendo, me dijo que sí.
Desde esa vez, yo me acostumbré a preguntarle lo mismo cada vez que hacíamos el amor. Ella me decía que sí a veces, otras que no. Cuando tocábamos el tema, después del sexo, me volvía a repetir que no le interesaba ningún otro hombre que no fuera yo. Que si otros la tenían más grande, o más gruesa la tenía sin cuidado. Ella amaba mi verga, porque pertenecía al hombre que ella adoraba. Sin embargo yo le replicaba que eso enriquecería nuestra vida sexual. De vez en cuando accedía a narrarme sus fantasías que casualmente coincidían con las mías.
Una noche teniendo sexo nos pusimos a ver una peli porno que bajé de esta misma página, en la peli aparecieron 2 hombres y una mujer cuando de repente uno de ellos se saca la macana, ella exclamó. -Que bicho más grande, ahí aproveché y le pregunté que si le gustaba, pero que me dijera la verdad a lo que ella contestó: -De gustarme no, pero me excita.
Eso me dejó pensativo ya que si la excita, a mi pensar, le debe de gustar, no se qué opinan Uds. Con esto quiero decirles que no soy un hombre con un pene extraordinario, me mide 16 cm de largo lo que considero normal porque le doy placer a mi mujer; mi mujer tiene un hermoso bollo gordo y por dentro es apretadito y un trasero como mandado a hacer, desde que éramos novios siempre me ha gustado como se le ve duro, levantado y grande.
Sin más preámbulos al llegar a la habitación le pregunté que le parecía el muchacho de las maletas, ya que la había observado mirándolo, como se vio atrapada me confesó que le parecía atractivo porque era joven, pero le dije: -¿Y que del paquete?, te vi que casi se lo comes con la mirada, me contestó: -Bueno, solo se lo miré porque parecía excitado, tenía un gran bulto y se le notaba a leguas.
Esa tarde salimos a hacer unas compras y le dije que iba a comprar unos juguetes sexuales para darle una sorpresa, también le dije que se comprara unos ligueros con sostén e hilo dental incluido de color rojo para que se viera como una puta.
Cuando llegamos nuevamente al hotel quiso que le mostrara los juguetes pero me negué ya que solo había comprado 2 pares de esposas que usan en las peli con tela de terciopelo alrededor y unos antifaz que usan para dormir, le dije que entrara y se diera un baño que yo iba enseguida, en lo que entró al baño aproveché para salir al lobby del hotel y buscar al muchacho de las maletas, lo encontré y le pregunté a qué hora terminaba su turno, me respondió que en una hora. Entonces le dije dentro de una hora y media vas a llamar a la puerta de mi habitación que le quiero dar una sorpresa a mi mujer, imagino que lo que él pensó era lo que yo había planeado, porque cuando nos fuimos a instalar en la habitación él iba detrás de mi esposa y no le quitaba los ojos del culote.
Subí a la habitación y me metí al baño con mi mujer estuvimos enjabonándonos y besándonos todo el tiempo al punto que ya quería hacerlo ahí mismo en el baño. Luego de secarnos ella se vistió con lo que le había encargado y se pintó la boca de rojo para verse más puta, yo me puse un bóxer y un perfume que le encanta a mi mujer; le dije que hoy era un día que nunca iba a olvidar, -Hoy te voy a dar más placer que en todos nuestros años de casados, pero le hice jurar que tenía que hacer todo lo que le dijera sin protestar, le mostré las esposas y la esposé a un lado de la cama y su cuerpo quedó atravesado con los pies al otro lado, después le coloqué el antifaz y le dije: -Quiero que te imagines que soy el muchacho de las maletas, me compré 2 penes grandes y negros para hacerte la doble penetración, uno me lo voy a amarrar a la cintura con unas correas que trae, ella para ese entonces estaba excitadísima ya que le miré la entre pierna y noté el hilo dental mojado.
Cuando le dije, -Primero te voy a dar placer oral hasta que me suplique que te lo meta como muchas veces lo hemos hecho sonó el timbre de la habitación y ella se asustó, le dije que no se preocupara, que me traían una botella de champán que pedí por teléfono, la habitación tenía una pequeña sala y el cuarto por lo que salí y cerré la puerta para que ella no oyera nada, cuando abrí era el muchacho y le hice señas de que no hablara, lo invité a pasar y le conté el plan ofreciéndole dinero a lo cual el me dijo que aceptaba sin ningún pago, ya que tenía un verano largo porque su novia se fue de vacaciones hacía 3 semanas. Entonces le dije que se desvistiera, cuando mi esposa me llamó y le grité que estaba pagando con la tarjeta de crédito, que ya casi terminaba. No está demás decirles que a lo que se desvistió dije, que mi mujer iba a gritar con esa verga, ya que si tenerla erecta medía más que la mía y mucho más gruesa.
Al pasar al cuarto le indiqué que se lavara bien con jabón sus partes ya que mi mujer podía sospechar al oler el sudor y le rocié un perfume que yo me puse de Jean Paul Gutier el cual siempre uso para tener sexo con mi esposa ya que la volvía loca el olor. Cuando salimos del baño me preguntó qué hacía y le dije que me estaba echando el perfume en los testículos que se me había olvidado.
Acto seguido le indiqué al muchacho que se arrodillara y se lo mamara como si fuera su novia, mi mujer empezó a contraerse y a emitir gemidos hasta que él le metió uno de sus dedos y la escuché cuando tuvo su primer orgasmo, yo para ese entonces ya estaba empalmado y me estaba masturbando viéndola gozar. Luego le levanté la cara al muchacho y le dije a mi esposa: -Te voy a soltar una de las esposas para que te sientes y me puedas mamar el pene negro que tanto quieres, pero sin tocar para que te imagines al negrote que te excitó hace rato.
Le quité una de las esposas pero con la otra, le amarré las 2 manos y se las dejé enfrente de ella, cuando se sentó le agarré la cara y se la acerqué al pene del muchacho, empezó a darle unos besitos a la cabeza y después sacó la lengua para lamerla, le dije, -Pásale la lengua por todo lo largo para que sientas cuan largo es, y así lo hizo, empezó desde la base hasta la cabeza y me dijo: -Papi esto si está grande, así lo debe tener el muchacho de las maletas, y le dije de repente, -Quien sabe si te atrevieras, podríamos invitarlo y así lo averiguarías, pero no contestó nada y siguió su tarea de mamar y chupar esa verga inmensa, con todo eso que ella hacía creo que el muchacho había llegado a su máxima plenitud con el pene y sin decirles mentira creo que le media más de 25 cm, ella trataba de meterlo en su boca todo lo que podía pero solo llegaba a la mitad, me dijo: -Me tiene loca este olor a macho y perfume.
Luego de estar ella mamando unos 10 minutos le dije: -Ponte de perrito en la cama y pon ese culote para la orilla, se asustó y me dijo, ya por detrás a lo que le dije, no, cuando estés al máximo te lo meto por detrás, al ponerse en cuatro el muchacho se le acercó y empezó a pasarle el pene a lo largo de su raja a lo que ella me suplicaba que se lo metiera, tenía la raja súper mojada, él se lo fue metiendo poco a poco hasta que le entró la mitad y ella suspiró, acto seguido empezó en un vaivén que le iba metiendo más y más y ella gemía con más fuerza a medida que le iba entrando, yo mientras me masturbaba viendo como se cogían a mi mujercita, ella casi gritando decía:
-Papi, dame duro que todo eso es tuyo, dame hasta donde nunca has llegado, párteme esa chocha cabrón, decía toda clase de groserías como nunca las había dicho; luego agarré una crema que usábamos para metérselo por detrás y le empecé a lubricar el culito, cuando le metía el dedo sentía el pene del muchacho que al metérselo el culo de mi mujer se abría para que le metiera el dedo más profundamente. Una de las posiciones que a ella le gusta más es estar abajo y sentir que se le hunde todo hasta las bolas, me pidió entonces voltearse para que se lo metiera así, le dije que ok, pero que siguiera sin tocarme, ya que el muchacho tenia más músculos que yo, al voltearse agarré las manos de ella y se las puse en su cabeza y le agarré las piernas para ponerlas en los hombros del muchacho, él empezó de una vez con fuerza y en cada embestida le sacaba un grito de placer a mi mujer, ya le había contado 3 órgasmos porque arrugaba la cara y gritaba demasiado cuando le venían.
Estuvieron así un rato hasta que le dije que ya era hora de la doble penetración, yo estaba que reventaba, le dije que me iba a poner boca arriba para que ella se montara, le solté las manos y le dije que las pusiera a un lado mío sin tocarme, que ya tenía preparado el otro pene para metérselo por detrás. Me preguntó si era así de grande como el que me puse, ya que ella es cerrada de atrás y ni el mío lo aguanta hasta que no se lo dilate bien, le contesté que no, que era como el de mi tamaño y como ya le había metido 2 dedos no creía le fuera doler.
Cuando se montó encima de la vergota se la metió de un solo tiro sacándole, creo el cuarto orgasmo, me dijo métemelo pues y le respondí, -No, cabalga un poquito más para que estés de a toque, empezó a cabalgar como una loca a punto que ya le iba a venir otro orgasmo y allí me monté en la cama con cuidado sin tocarla y le puse el pene en el orto, en una de esas que se paró se lo metí de una vez y la abracé agarrándoles las tetas, en ese momento reaccionó y se asustó, me preguntó: -¿Quién es este? a lo que me le acerqué al oído y le dije: -Este soy yo el de abajo es el muchacho de las maletas, diciéndole esto empezó a cabalgar más fuerte y se quitó el antifaz, me di cuenta por el espejo de la pared que empezó a tocarle el pecho y el abdomen ya que se veía que era atlético y estaba en forma cuando de repente la vi besándolo ahí la sentí cuando le vino otro orgasmo y a mí también me quedé adentro de su culo sintiendo al muchacho dando sus últimos empujones para acabar dentro de su conchita, ella se hizo a un lado con cara de asombro al mirarme y me dijo: -Me voy a bañar, yo contesté, ok, que yo estaba demasiado cansado y además durante la sesión me tomé unas cuantas copas de whiskey por lo que iba a dormir un rato.
Ella entró al baño y 10 minutos, después le dije al muchacho que se fuera a bañar con ella y dejara la puerta entre abierta, si ella le preguntaba por mí le dijera que estaba roncando en la cama, él hizo así y la escuché como susurrando con él, me hice el dormido y la vi cuando se asomó a la puerta, me miró unos segundos y se metió otra vez, el muchacho estaba detrás de ella para que no cerrara la puerta, cuando escuché que se abría la regadera me paré para asomarme por la puerta, las puertas de la ducha eran transparentes por lo que se veía todo como en una pantalla de plasma, ella se encontraba de espaldas y él le pasaba el jabón por todo su cuerpo, en especial sus grandes nalgonas, cosa que lo hizo empalmarse de nuevo, cuando ella le sintió el cosote en sus nalgas se volteó a vérselo y se lo agarró con una mano, pude ver cómo le pasaba la mano a todo lo largo como midiéndoselo, en eso él la voltea, la mete en la ducha para sacarle todo el jabón y le da un tremendo beso, ella solo pasó sus brazos por la cintura de él y le apretó las nalgas.
El la puso de rodillas y la invitó a mamárselo, ella con una sonrisita lo agarró con las 2 manos y empezó a chuparlo, parecía una bebita con su biberón, no lo soltaba para nada, le pasaba la lengua a lo largo y lo mordía de lado como para medir lo grueso que lo tenía, lo lamía de abajo arriba y viceversa hasta que empezó a metérselo, yo veía como arqueaba el cuerpo cuando quería meterlo todo y es que era demasiado largo para su boca, pero eso no le impedía tratar, creo que hasta le salían lágrimas, pero eran de felicidad, porque nunca en mi vida me había mamado el pene con tanto frenesí.
El muchacho echaba su cabeza hacia atrás gimiendo con el tremendo placer que ella le daba, meciéndose suavemente introduciendo y sacando sus 25 cm de la sensual boca de mi mujer, que estaba completamente concentrada en su papel de mamadora, enrollando su lengua en el glande mientras sentía su vagina mojada por el deseo. El tipo, emocionado, la agarró por la cabeza y empezó a cogérsela por la boca.
Cuando él sintió que ella estaba a punto, por los gemidos que emitía con la verga en su boca, supo que ella estaba deseosa y quería que la penetraran, la agarró y la puso contra la pared le puso el pene entre las nalgas y se los restregaba de arriba abajo, de repente él le levantó una pierna y pasó el pene por debajo de ella, ella lo agarró y lo dirigió para que se lo metiera, al sentirlo adentro se mordió los labios para no gritar de placer y despertarme, empezó a darle tan duro que ella agarró una toalla para metérsela en la boca y así no gritar, de vez en cuando ella se volteaba y le pedía la boca para besarlo, le sobaba el pelo y con la otra mano le apretaba la nalga.
Estuvieron así un rato hasta que ella se cansó de estar parada y lo convidó a sentarse en la poseta, bajaron la tapa y él se sentó, ella abrió las piernas y se sentó de frente a él, agarró la macana y se la metió otra vez todita, enterrándole casi la totalidad de su descomunal verga, mientras mi esposa lanzaba un gemido de placer al sentir perforada sus entrañas, apalancó su verga dentro de ella hasta el último centímetro. Yo sentí la mía ponerse más dura de lo normal al observar al negro enterrar su torpedo de carne en la dilatada rajita de mi esposa, que ya alojaba toda esa verga dentro de ella. Nunca la habían cogido tan profundamente. Le estaba entrando hasta los más íntimos rincones de su sexo.
Ella empezó a cabalgar como una posesa, solo podía escuchar algunas palabras ya que las susurraba para que yo no despertara, algunas que pude captar eran, -Cuando mi marido me dijo para invitarte a la habitación me excité más de solo pensarlo, tienes una verga divina, me das mucho placer y me haces sentir por primera vez mujer, nunca antes había estado con un hombre con semejante animal y de ahora en adelante los voy a estar buscando de tu calibre porque me siento en las nubes.
-Métemela duro maldito que quiero acabar mucho, quiero que los cuernos que le estoy poniendo a mi esposo le lleguen al techo, la veía como le buscaba la lengua para que se la metiera hasta la garganta, cuando él ya estaba a punto de acabar ella se levantó y se engulló más de la mitad de ese monstro y le dijo:-Acábame en la boca porque al cabrón de mi marido nunca se lo he permitido, cosa que es verdad, él no aguantó más y le acabó dentro de su boca, ella no derramó ni una gota, se lo tragó todo, se levantó y aprovechó que todavía la tenía dura para metérselo por su culo, el al ver eso creo que tuvo un segundo aire porque se levantó y empezó a darle hasta metérsela toda y acabar juntos.
Después de eso ella lo metió a la ducha y lo bañó completo le dio otro largo beso y le dijo que se fuera. Yo salí corriendo a la cama y me hice el dormido otra vez, cuando salieron ella lo acompañó hasta la puerta y se despidieron no sin antes agarrarle el pene por última vez, luego ella se acostó a mi lado y me empezó a dar una mamada de antología, ya que yo había quedado empalmado por la escena del baño. Me dejó terminar en su boca y me dijo, -Gracias por regalarme esa verga maravillosa, solo queda decirte que de ahora en adelante todo va a cambiar para mejor entre nosotros, se acostó a mi lado y se quedó dormida.
Después de llegar a Venezuela hablamos y realizamos otros encuentros pero esos serán otros relatos.