Lesbianas en el Crucero by olofernes guiacereza.com
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Lesbianas en el Crucero by olofernes guiacereza.com
from admin on 12/12/2018 11:43 AMLes sigo contando estas experiencias del crucero, que fueron varias así como fuertes. Por ejemplo, al lado de nuestro camarote se hospedaban un par de lesbianas, de las que nos hicimos amigos. Nos decían que nos alcanzaban a oír cuando estábamos en el ajetreo sexual y que les gustaría visitarnos. Bonitas, una más joven que la otra y no pasaban de los 35. Las invitamos y ni se imaginan lo que pasó...
Nos fuimos el segundo día de discoteca con las lesbianitas; comimos juntos en el restaurante y nos hicimos amigos. Ellas no hacían más que mirar a mi nena, que estaba muy bonita y elegante pues esa era la noche principal. Xime ya tiene experiencia en el manejo de este tipo de personas pues en su medio hay muchas. La asedian con frecuencia, incluso su jefe es gay y amigo mío. Comimos, como les dije, fuimos al espectáculo de la noche, que era con un tipo muy parecido a Ricky Martin, que después veríamos cogido de la mano de uno de los bailarines y con una blusita muy destapada que permitía ver los brazos musculosos y tatuajes en la espalda. El compañero era más discreto pero él era la niña.
Luego nos fuimos a la discoteca y compartimos mesa con ellas. Las dos iban de minifalda y tacones altos. Xime también tenía los tacones muy altos y transparentes. Bebimos whisky y unos mojitos, que bien preparados son excelentes. Nos paramos y bailamos: Xime y yo por un lado y Liz y Claris por el otro, pero muy cerca y haciéndonos caritas. De pronto Claris me quitó a Xime y me pasó a Liz.
Sorpresa, pero previamente habíamos hablado mi novia y yo de que estaríamos abiertos a la aventura con las nuevas amigas, que eran de Puerto Rico, entre otras... Claris agarró a Xime y se le apretó al cuerpo pues la música lo propiciaba. Ella se dejó llevar y muchos las miraban. Liz apenas me sonreía, sin celos o molestia alguna. Yo también la apreté a ella y se dejó. Me di cuenta que tampoco llevaba interiores pues la medí por todos lados descaradamente y ella se dejó. Claris fue la que le propuso a mi novia que nos fuéramos al camarote, que ellas tenían trago fino... Claro que ya estábamos todos prendidos. Bendito entre las mujeres.
Yo iba muy excitado pues no sabía qué iba a pasar...y Xime también, me lo confesó después, aunque se portaba como si nada...Nos quedamos con Liz en nuestro camarote mientras Claris iba por el licor y copas...Al regresar ella, nos tomamos unos dobles pues estaban nerviosas y yo por supuesto también. La menos era Xime. Ellas le alabaron el traje y las sandalias transparentes que llevaba. Que "era muy sexy", le decían y Xime apenas sonreía con esa sonrisa amplia y hermosa de ella.
"Bueno, nosotras estamos enamoradas de su mujercita y nos la queremos comer": arrancó diciéndome Claris que era la machorra y Liz asintió un poco tímida. "Háganle": dije yo y Xime se carcajeó nerviosa. Inmediatamente comenzaron a masajearle la espalda una y a quitarle las sandalias la otra. Xime se dejó desvestir y ellas también lo hicieron lentamente, todo muy suave. Esa es la virtud de las lesbianas. Quedaron las tres desnudas en la cama y yo sentado en la silla del escritorio, más excitado que un carajo. Pero ni me miraban, solo Xime de vez en cuando pues rápidamente entró en el juego de "lesbis por una noche"; la verdad es que las viejas estaban buenísimas, con sus cuquitas muy afeitadas y ellas muy limpias. Xime lucía muy bien entre las dos, que eran más blancas que ella. Decían que lo que más les enamoraba era su color moreno y su risa.
Comenzaron a besarla por el cuello y a acariciarle las teticas hermosas. Xime al principio solo se dejaba acariciar y actuaba como pasiva, pero cuando las cosas avanzaron y comenzaron a lamerle una la rajita y la otra los pezones, se volvió más activa, y respondía con pasión a los besos y a las caricias. Gemía emocionada en medio del acoso... y a veces se acordaba de mí y me daba una mirada furtiva, como buscando mi aprobación. Yo la animaba con gestos... Eso la voltearon, le lamían las tetas, la raja y el culito y le decían todo tipo de morbosidades. "Vamos perrita ábrete para lamerte esa cuca rica", ...y cosas por el estilo.
Yo ya estaba que no me aguantaba pues había pasado como media hora y me tomé un trago doble, me desvestí y me metí en "la pelea". Claro lo primero fue culiarme a Xime delante de las chicas que miraban y me animaban: "Cómetela que es tuya". Y así fue, pero ellas querían que yo me las culiara también y se nos montaron encima. Me acostaron y Liz me la mamó riquísimo y cuando ya estaba listo Claris se me montó encima y me esprimió hasta venirme otra vez. Xime miraba toda excitada tocándose la cuquita, meneándose... Claris bramaba como si hiciera mucho que no se lo metía un hombre. Mientras tanto yo veía a Xime y Liz acariciándose y besándose apasionadamente. Xime estaba disfrutando y yo ni se diga.
Nos tomamos unos tragos más y Liz y Claris comenzaron a tocarse entre ellas, de una manera tan delicada que ni les cuento; se comieron durante otros veinte minutos por lo menos. De pronto una de ellas dijo que había que traer los juguetes. Liz trajo los vibradores y otras herramientas. Todos nos metimos otra vez en el juego, y entre ellas se pasaban los vibradores y yo les ayudaba...y se oían muchos gemidos de placer. Xime terminó sentada en mis rodillas disfrutando conmigo del espectáculo de las chicas con su show lésbico. Yo la besaba y le daba trago con mi boca...
Qué noche tan ardiente; se fueron a su camarote como a las 3 de la mañana. Xime y yo nos acabamos de emborrachar comentando el episodio y caímos profundos como hasta las 9 am, antes de que cerraran el desayuno. Esa noche me confesó que había disfrutado mucho esa experiencia, que nunca antes había tenido a pesar de vivir rodeada de lesbianas. Y yo de curioso le pedí que me explicara por qué había sido tan rico todo. Ella me explicaba que lo primero era el trato suave de ellas, las palabras precisas, con morbosidad pero con delicadeza. Que ellas le hicieron sentir su cuerpo pues la acariciaron por donde más se sentía placer, que la tocaron hasta que sintió cada nervio sincronizado para producirle placer. Me dijo que le encantó que le mordieran el culito con pequeños mordiscos, que le producían cosquillas pero se mojaba rápido de placer. Que se sentía muy rico.
Que cuando ellas la desvistieron y le decían lo bella que era y la una decía que lo que más le gustaba eran sus tetas y la otra que su culo y su color de piel, se sentía como flotando y el corazón le palpitaba aceleradamente. Me contaba que la sensación de que a la vez una le chupara una teta y la otra la otra, con distinta técnica, labios, lenguas y movimientos distintos, era demasiado placentero. Otra cosa similar sucedió cuando una le comenzó a masajear el clítoris y la otra le abrió las piernas para meterle el dedo por el culito, después de regarle un lubricante. Que las dos acciones al tiempo la hicieron venir de inmediato tan pronto se relajó.
Cuando se acostó boca arriba y una le chupaba la vagina y la otra se ponía en cuatro y le acercó su cuca a su boca, Xime fue metiéndole la lengua y comenzó a ser más activa, pues al principio solo se dejaba acariciar y besar. Me decía que lamerle la vagina a otra mujer era demasiado rico, por los sabores y olores. Eran las tres dándose placer sin egoísmo y con mucha suavidad. Que increíble, que delicioso. Que la chupaban espectacularmente y entonces ella no se aguantó y también le apretó el culo a la que ella chupaba, hundió la cara lo que más pudo y sintió que la hizo venir. Después Xime le lamió las tetas a las dos para corresponderles y cuando les pasó los dedos por las vaginas supo que estaban completamente mojadas. Cuando una de ellas dijo que había que traer el vibrador y unos juguetes, las cosas se pusieron calientísimas y le gustó muchísimo esa experiencia...
Me contó que cuando yo entré al juego y me la comí delante de ellas que eso había sido lo máximo. Que ellas miraran cómo me la comía era muy caliente. Y más aún cuando ellas también quisieron comerme y Xime se quedó mirando..., le pareció un espectáculo muy excitante. Yo le confesé también que me había gustado el papel de voyerista del principio. Y me dijo que el espectáculo de ver a Claris y Liz comerse una a la otra había sido maravilloso, en sus propias palabras.